Derrumbe.
Cuando las fuerzas flaquean, las lágrimas brotan de tristeza, los desencuentros son frecuentes por cualquier nimiedad. Cada vez que van resquebrajándose cada uno de los cimientos que fuimos construyendo por años, llega un momento en que la base se tambalea tanto y hay que marcharse de allí cada uno por su lado para evitar el tan temido derrumbe que nos destruya del todo. Estuve, por mucho tiempo, aguantando el muro de carga, sin dudar en ningún momento en que también, a tu forma, lo intentaste. Intentamos abrazarnos muy fuerte para que esto no terminara por reventarnos, para que el muro no cayera y la casa quedara hecha pedazos. Tenazmente y con el corazón hecho un desastre, decidí que lo mejor era salvarnos de aquello. Salvarte de mí y salvarme de ti. Aunque creas o te hagan pensar que esto no me duele por ser yo la que le puso punto y final, claro que duele. A pesar de que ya el duelo apenas me duela porque ya nada me afecta, creo que es la decisión que mejor pude to...