♫♪#
Reticencia es tu apellido.
Apellido que llevas por bandera, al igual que como segundo nombre te llamas Inseguridad y como apodo: Indecisión.
Tenías todo a mi lado, y poco a poco me fuiste dejando en la nada. No cualquiera sabe lo dichoso que es al conseguir que abra, en un ápice, mi corazón, o entre "nos", las notas del pentagrama de mis emociones.
Dejé que conocieras mis silencios, mis bemoles, mis sostenidos y todas aquellas corcheas que conformaban la melodía de lo que aportabas con tu presencia en mi vida, aun sin creértelo, a pesar de que, al contrario de lo que tú creías, no pudiera sentir nada por ti ni pudiera ofrecerte nada más que un Requiem a destiempo.
Marcábamos los ritmos entre Allegro assai hasta que decidiste que pasáramos a Piano, Pianissimo y luego, un silencio final y tortuoso.
Habían frecuencias distintas, sí, pero bilateralmente. Yo no quería nada y tú no sabías lo que querías. Mala fórmula cuando de componer algo en conjunto se trata, ya que, a destiempo y a descompás, las melodías no suelen resultar alegres de escuchar.
Creía que entenderías que no podía dar más. Te escudaste en que la culpa de que los compases no resultaran era únicamente mía, cuando fuiste el que en un principio, por tu forma de irrumpir, me desacompasaste entera y tuve que reaprender a llevar mis ritmos nuevamente.
Perdiste quizás a alguien que quería, no sólo una partitura, sino una sinfonía sempiterna. Lo cambiaste por miedo, o lo desechaste simplemente.
Espero que, allá donde vayas, encuentres el ritmo y las notas que necesitas para aclarar tu sinfonía.
Gracias por, en su momento, ayudarme a creer que aunque no podía volver a creer, creí volver a hacerlo confiando en ti.
____
Lo peor de todo esto es que no estoy hablando de música, pero sí haciendo referencia a ella para contar algo que un día yo viví. Hablo de dos personas que se encontraron en el momento equivocado, en el que una intentaba ofrecer lo poco que podía y la otra ofrecía intensamente y decidió desaparecer.
No os permitáis menos, pero tampoco dejéis de creer. Llegará ese alguien con el que la melodía que vais buscando suene afín, acompasada, y deliciosa de disfrutar. No os conforméis con quien dice "no estar preparado", hasta los corazones más inseguros, cuando se trata de la persona indicada, saben cuándo pueden arriesgarse a volverlo a estar.
____
De mientras, sé feliz. Siempre. Y que la música no deje de acompañarte.
Comentarios
Publicar un comentario