La siempre recurrente e incansable.
Ha vuelto. Vaya que sí, y justo cuando mejor parecía estar. Vuelve con muchos quebraderos de cabeza, con mucha confusión y con muchas ganas de hacer daño. Me ataca precisamente en un momento muy vulnerable, como antaño. Siempre lo hace, siempre da donde duele, siempre me hace preguntarme cosas, desconfiar, temer, volver al punto de partida. Una y otra vez, y vuelta a empezar. Quien me conoce, sabe que nada en mi vida ha sido fácil. Bueno, ni en la mía, ni en la de nadie, tampoco nos vamos a poner egocéntricos. Han confluido ciertas situaciones en determinados momentos en mi vida que me han hecho madurar de golpe y porrazo cuando, esos mazazos, al no poder aplacarlos, me tiraban al suelo y hacían muchísimo daño. A su vez, me han ido forjando como persona: tanto para bien, como para mal. A veces me asusta la idea de volver a creer que merezco cosas buenas, que me quieran así como soy de compleja, de insoportablemente difícil, y es que, hay una voz en mi cabeza, alimentad...